"Mojada por tu llanto":

Demasiado amor rechazado,
cortado lentamente con cuchillo y tenedor,
o a machete, recubierto por la desazón
o laminado, con frío azadón.

No hay día,
no hay noche.

Al pasar por la calle ESPERANZAS,
(cuesta arriba),
giro a la izquierda bajando por la calle DESAZÓN,
camino largo rato entre sombras
y humo de tu corazón. (al que chamusqué)

Con luces de neón
veo un gran edificio
que tapa al sol,
el mismo sol que me comía de amor hace años,
que lo sentía
y curaba con su intensa luz los daños.

El gran piso es gris,
de ladrillo reconcomido.
Salen ratas de una portezuela negra y escabrosa,
pero el lugar me llama.
El neón cegador dice:

"¡REFUGIO ETÍLICO!
PAGAS CON TU ALMA O TU CORAZÓN!".

Casi ciega, inerte,
sin vida,
me dirijo lenta y débilmente
hacia el lugar que curará mis penas.

Un señor de cera me recibe,
bien peinado, grande, gordinflón.
Me pone un sello en la mano,
con letras rojas que queman, me abrasan y dicen:
"Buen viaje".
Saqué mi corazón del pecho,
corazón desinflado,
frío…

El hombre petrificado de nacimiento,
me hizo una señal: ¡Guárdalo!,
(para más tarde…).

Cortina roja descorrida,
entro en un salón,
apenas caben los muertos vivos,
marionetas representando como quema el alcohol.

Quiero dar marcha atrás,
pero las letras me abrasaban,
tanto que me desmayo…

Lo último que veo antes de caer,
es a un amor,
mi amor eterno
conducido aquí por mi traición.

Despierto mojada,
todo mi cuerpo empapado
y en tus brazos.

En mi mano ya no grita el fuego,
no hay letras ni dolor.
Solo una rosa que tiene tu nombre
y el color de tus mejillas,
tu suave y eterno olor…

Mi corazón ya en el pecho.

Sabías a donde me dirigía,
y antes,
fuiste tu.
Para rescatarme,
para darme vida
y un bofetón.

Respiro tranquila,
asida a ti…
asida a ti.
Caminas y yo que no te suelto,
vamos hacia la plaza de piedra que nos encontró.